Debut en solitario del que fuera cantante de Saratoga, Leo Jiménez.
Mucho interés había tras este disco y una vez puestas las cartas sobre la mesa encontramos
la vertiente más clásica del vocalista, un retorno al sonido más heavy que le
dio la fama.
Abre el disco con “Camino del agua” que junto a “Volar” y
“Desde el ataúd” son las que más recuerda a su pasado en Saratoga pudiendo
encajar perfectamente dentro de “Tierras de lobos”. Sin embargo es cierto que musicalmente
hay ciertas diferencias ya que son diferentes los músicos que interpretan los
temas, así encontramos unas guitarras más crudas a cargo de Ix Valieri
(Infernoise y Ángeles del Infierno) como se aprecia en temas como “Condenados”,
“Buitres”, “Huye” o “Tras las puertas del mal” que comienza con un grito marca
de la casa y en donde todos impera un riff denso y penetrante.
El disco también cuenta con momentos donde la voz más
melódica y menos chillona de Leo hace presencia con esas baladas llenas de
sentimiento como “El tiempo curara” (donde colabora Jero), “Llévame” o “Bella
Julietta” donde el tema sube de revoluciones y la guitarra recuerda por momento, sobre todo en el solo, a Zakk Wylde.
“Bebe de él” es un perfecto tema para resumir el disco con
un Leo desgarrando esos agudos de su voz junto con unos riff pesados
acompañados de una base rítmica contundente comandada por uno de los mejores
baterías nacionales, Carlos Expósito (Stravaganzza, Jorge Salán).
En definitiva un disco que no sorprende en cuanto a novedad
pero que si consigue volver al recuerdo de un Leo que para los que en su
momento fuese el mejor vocalista en su etapa en Saratoga o por viceversa
Saratoga una de las mejores bandas del país con Leo al frente sin duda estarán
de enhorabuena.
Raúl Sújar Pozo
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