Abrían Berri Txarrak ante una alta expectación de los presentes y acabaron siendo la mejor banda de la noche, en mi humilde opinión:
No sólo sonaron potentes y compactos en todo momento, sino que deleitaron a sus fans entremezclando temas tanto de sus antiguos discos como de su nuevo trabajo, donde destacamos "Oreka", "Hitzen Oinarri Ahula" o su pegadizo "Bueltatzen". Un grupo de pocas palabras que bien preferían regalarnos canciones sin parar, haciendo que sudásemos y diésemos palmas sin parar.
Llegados a este momento, los nervios y la expectación iban en aumento al sonar los primeros acordes de la conocida "Denak Ez Du Balio".
Tim McIlrath (cantante y guitarrista de Rise Against) se subía al escenario para esta colaboración, acompañado de una ovación del entregado público, y dejamos que la magia de la música hiciera el resto.
Cerraron el show con su cañero "Oihu" y el aplauso final fue acompañado con un pequeño riff a manos de Gorka de "Iron Man", de los míticos Black Sabbath, dejándonos meneando la cabeza y sonriéndonos mutuamente por el gran directo que acabábamos de presenciar.
El relevo lo tomaban los suecos Refused, una banda que habíamos visto previamente en el Resurrection Fest de este año como cabezas de cartel.
No sabemos si han vuelto por dinero o si de verdad la situación de la sociedad les pedía regresar a la escena, pero lo que está claro es que lo han hecho con muchas ganas.
Energía, actitud, movimiento y un gran frontman que impulsaba todo esto, es lo que define a este grupo.
Nos demostraron que están en plena forma, con temas como "The Shape of Punk to Come", "Rather be Dead" o su nuevo "366".
Nos volvieron locos con un "Raining Blood" de Slayer entre tema y tema, y tras un mensaje donde dejaban claro su vuelta a los escenarios, iniciaban "Refused are Fucking Dead" al que sumaron su himno "New Noise" como parte del cierre del concierto.
Mención especial al frenético Dennis Lyxzén, que entre bailes y micros voladores que volvían a él como un auténtico domador, no dudo en propagar un mensaje de paz y apoyo a los refugiados, que fue recibido con un gran aplauso.
Y por fin, el grupo que ansiábamos ver: Rise Against.
Aunque se han ido "ablandando" en los últimos discos, siguen siendo una leyenda del Punk/Hardcore melódico; y es que la mitad del setlist que conformó el concierto estuvo plagado de canciones de dos de sus discos más icónicos: "Appeal to Reason" y "The Sufferer and the Witness".
Abrieron con "The Great Die- Off", de su último disco "The Black Market", al que le siguieron temas como "Satellite", un potente "Give it All", "Re- Education", o un clásico "Survive" entre otros.
Con estos cortes, ya pudimos apreciar, por desgracia, lo que le costaba a Tim llevar el ritmo de la melodía, pues se le notaba ahogado, sin aliento.
Esto no le impidió moverse de un lado para otro, sin parar de sonreír y empatizar con un público que coreaba cada canción como si fuese la última, apoyando con cada melodía a su apreciado cantante (especialmente con "Make it Stop", donde el Palacio al completo entonó los coros característicos del tema); y es que la razón por la que sólo ejercía de frontman es su lesión de muñeca, cuya sustitución a la guitarra por otro músico quizá fuese una de las causas por las que hubo algún pequeño fallo de guitarra.
Entre temas como "Collapse", "Prayer of The Refugee" y "Help is on the Way" dejaron caer uno de esos mensajes tan característicos de la banda: paz, cooperación y respeto, especialmente con los refugiados sirios, donde además Tim destacó su admiración por la ciudad a la hora de ayudar en este tipo de acontecimientos.
Es aquí cuando, sin previo aviso, ruegan el merecido reconocimiento a las bandas que previamente habían actuado y piden la colaboración de Gorka (Berri Txarrak) para cantar uno de los temas más míticos de la banda de Chicago: "Black Masks & Gasoline". Sobra decir que desataron la locura y los pogos entre los asistentes.
Tocaba ponerse melancólicos, y para ello tocaron en acústico "Hero of War" y "Swing Life Away", dejando a los asistentes con alguna lagrimilla en los ojos y a amigos, parejas y desconocidos (¿por qué no?) abrazándose y meciéndose al ritmo de estas canciones.
Para concluir uno de los conciertos más esperados del año, tocaron "Dancing for Rain" y "Savior".
En resumen, una noche en la que los teloneros se comieron al cabeza, pero sin que eso sea razón alguna para que los fans no saliésemos empapados en sudor y con una sonrisa que nos dura días.
Texto: Ale Adán Manzano
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