Crónica: Bishops Green + Zero5 (Sala Hades, Madrid)

Es de verdadero agradecimiento que promotoras hagan todo el esfuerzo que pueden por traer a grupos de muy alto nivel a nuestro país, haciendo que podamos disfrutar de ellos sin tener que traspasar fronteras. Este es el caso de Mad Madrid, que nos ofreció la posibilidad de ver a los canadienses Bishops Green, un grupo de Street-Punk/Oi! con un directo apabullante y una actitud que ya quisieran muchos de los grupos más famosos internacionalmente.
Todo esto tuvo lugar el pasado viernes 13 de noviembre, y se dio cita en uno de los mejores lugares para presenciar un concierto de Punk, pues para Móstoles, este género no es sólo un estilo de música, si no una forma de vivir, de pensar, una cultura y un sentimiento.
En la Sala Hades, sitio donde tendría lugar el evento, una aglomeración de SkinHeads intercambiaban ilusión y ganas de ver a Bishops Green, de brindar con cerveza y pasar una buena noche en compañía de todos los presentes.

Los acompañantes de los canadienses fueron Zero5, un grupo local al que vimos recientemente en esa misma sala y que destacan por su energía y sus ganas de fiesta non stop.
Desenfundaron sus temas sin parar, y cuando digo esto, me refiero a que sólo hicieron un par de muy breves pausas para pedir tequila, el combustible de la banda.
El carismático cantante y bajista Roy, hacía de las suyas en la puesta en escena, y con su Rock and Roll macarra, no paramos de bailar en todo el show. Destacamos temas como "Rock and Roll Tonight", "You Don´t Know" o "Alright Tonight", que nos hicieron menearnos al más puro estilo rock and roll y desear que la juerga no acabara nunca.
Concluyeron con "Hardcore Tonight" y su clásico "Golfos", con el que, aparte de bailar, gritamos los estribillos.
Rápidos, directos, contundentes y como un disparo, Zero5 dejaron a la sala sudando, sedientos y con aún más ganas de seguir la fiesta con lo que venía a continuación.


Le llegaba el turno a Bishops Green, un grupo que cuenta con una de las mejores puestas en escena del panorama Oi! y cuya actitud es sello de distinción.
Tocaron "Another Door" y "Lost Generation" como carta de presentación, aunque no fue hasta casi el final del concierto que hicieron pausa: desprendieron sobre la Sala Hades toda su energía, sus ganas de compartir con nosotros su música y sus sentimientos, pues es de esos grupos que te trasmiten todo ello, empáticos hasta la médula.
Les teníamos de gira presentando su último trabajo, "A Chance To Change", del que tocaron temas como el ya mencionado "Lost Generation", con el que ya empezaban los pogos, las risas, las cervezas voladoras y los stage divings; "Resistance", el cual cantamos como un himno sobre el apoyo mutuo como parte de nuestra existencia; y "Caged".
Se centraron en tocar temas de anteriores trabajos, especialmente de su anterior disco "Pressure", del que dejaron caer temas sobre los que destacamos "Rat Race", "Government Lies", "Vacant State", "Gross And Nett", "Night Terror" o "Vengeance".
Las paredes sudaban, los asistentes bailaban con las camisetas en la mano, el escenario se venía abajo con tanta gente subiendo a él para cantar junto al carismático y entregado cantante, Greg Huff.
Este último nos demostró que tiene el don de hacer que la gente se involucre y sienta lo que sus melodías tratan, es muy expresivo y no paró de hacernos cantar, hecho por el cual el público se peleaba por llegar hasta su micro y cantar junto a él.
Desplegó mensajes de compañerismo, de lucha contra el sistema, de apoyo mutuo y fraternidad; y, dado que la sala al completo pogueaba, sugirió de manera humorística que teníamos un hospital al lado por si necesitábamos ayuda.
El show seguía con breves pausas y, para rematar el recorrido por toda su discografía, nos regalaron temas de anteriores trabajos, como fueron "Senseless Crime", "Alone", "Burn Bastards", "The Crow" y "Wasted Life".
Muy a nuestro pesar, llegaba el final del concierto, y para despedirse, tocaron "Stay Away", "Tumbling Down" y un "Tomorrow" que, a día de hoy, sigue poniéndome el vello de punta al recordar como la sala en su totalidad cantaba abrazada y con los puños al aire.

Sin duda alguna, uno de los mejores concierto del año y, posiblemente, también uno de los mejores directos. El sonido de la sala fue bueno y ello ayudó a ambos grupos, que se entregaron y dieron lo mejor de sí para nosotros, un público que reaccionamos de la misma manera y que, juntos, pasamos una gran noche.

Texto: Alejandra Adán

Fotos: Jose Otero (Facebook)

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