Podría haber sido un día más, un jueves cualquiera, pero los ciclos de conciertos acústicos que organiza Vans Shop Madrid hicieron que, gracias a Dikers, se convirtiera en un día para recordar.

Dikers lleva más de una década haciendo sonar su música y venían a presentarnos un pequeño adelanto de su nuevo disco, "Vértigo", en formato acústico.
Sólo unos pocos afortunados poseíamos pase para este evento en el interior de la tienda, pero fueron bastantes los que, entre fieles seguidores y curiosos viandantes, se detenían a observar y escuchar el show que se estaba dando en este emblemático establecimiento.
Entre risas y cerveza, Iker y Sergio saludaban a los espectadores y les hacían partícipes de las últimas novedades del disco, como la posibilidad de adquirirlo en ese mismo momento, un día antes de su venta oficial, o de su próxima cita en Madrid con el set eléctrico y presentación oficial. En febrero podremos ser testigos de todo ello.
Con ganas de arrancar, se adelantaban a la hora prevista y comenzaban los primeros acordes de la canción que da el pistoletazo de salida al nuevo disco, "Ababol".
La tienda estaba hasta los topes, llena de fans fascinados por la magia que transmiten estos navarros de una manera tan especial como lo es la de un acústico bien ejecutado. Esto no pasó desapercibido para ellos, y nos invitaron a cantar la siguiente canción, un clásico de su discografía: "Corazón de trapo".

"Pretencioso" fue el siguiente tema, single del disco y primer videoclip del mismo. Acompañados de las letras que arremeten contra todos aquellos que presumen de su "purismo y autenticidad", Sergio destacaba más esto al añadir a su atuendo unas "gafapasta" a modo de sátira.

Con "La Chica de la Curva", fruto del nuevo disco; y "Mi Sucio Corazón" , de un lejano "Dale Gas", cerraban este pequeño concierto acústico entre riffs más duros y melodías que los asistentes entonaban sin respiro.
Ante semejante espectáculo, era de suponer que nadie quisiese que abandonaran el "escenario", y tras una gran petición del personal, decidieron tocar "Dale Gas" a pesar de advertir que no la habían ensayado por no estar planeado ese bis.
No defraudaron y se metieron al público en el bolsillo, el cual cantó de principio a fin el tema y terminó de hundir la tienda en los estribillos, los cuales gritábamos como locos.

Todo lo que vivimos allí nos dejó con varias conclusiones: Dikers no sólo muestra tener talento y empatía con el público, sino que son cercanos con él, no hacen fans, hacen amigos. Sus letras llegan a la gente y son unos excepcionales músicos.
No podemos aguantar a febrero y verles en acción otra vez, de la manera que ellos saben y, sobre todo, con la que se sienten más a gusto.
Texto: Alejandra Adán
Fotos: Raquel Díaz
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